Por eso proponemos una educación que…

  1. Que llega a todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, que da la oportunidad de “disfrutar” de la educación que tiene como centro las personas, las comunidades y la vida.
  2. Que está encaminada al desarrollo de habilidades y valores que promueven a las personas y grupos de acuerdo a su realidad, respondiendo a necesidades específicas de manera que impulsa una mejor calidad de vida.
  3. Que es medio y no fin, es parte de una forma de ver la vida, de entender el mundo.
  4. Que impulsa cambios en las personas, las familias y la comunidad, partiendo siempre de ellos y con ellos.
  5. Que construye, iniciando en sus espacios específicos, un ambiente parecido al de una familia, donde se designan los contenidos, temas, formas de aprendizaje con la participación de padres de familia, hijos, maestros y demás miembros de la comunidad. De manera que todos somos comunicadores y vivimos formando relaciones sólidas de amistad, respeto y solidaridad.
  6. Que se basa en la recuperación y fortalecimiento de elementos culturales que consolidan a la comunidad y a los procesos educativos, generando así cambios que fortalecen la identidad y la conciencia crítica.
  7. Que genera procesos coherentes, que no se quedan en las aulas, llegan a las casas, los ranchos, mejoran la siembra, etc., notándose la presencia de la escuela por los cambios que gradualmente van presentándose en la vida de la comunidad.
  8. Que genera un compromiso político de militancia no estrictamente partidista, sino en función de la participación a favor de la justicia, solidaridad, paz y amor.

Que promueve una fe madura y comprometida con la comunidad y la historia, capaz de contagiar el amor de Dios a los que nos rodean y sus frutos de justicia, amor y verdad.

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